Mes pensées

Cascabeles de paz
Hoy fuertes rachas de viento peinaban remolinos en la ciudad.
Algún viandante se abrazaba al recio tronco de una de las farolas que atravesaban la avenida.
Cuerpos más pesados se sentían de pronto ligeros, e ilusos, sentían  que el viento los podía también arrastrar en su recién estrenada liviandad.
La ciudad hoy estaba envuelta en celofán, carnaval de labios traviesos.
Gran desfile de objetos urbanos de desguace.
Y a pesar de estar la ciudad en guerra con su mobiliario, resonaba un suave tintineo de paz.
Cascabeles de almas buenas convocando la paz entre los hombres, niños y mayores esperanzados en un mundo de paz.
Cuánto dolor en tantas vidas rotas por causa de la guerra.
Cuánta desesperanza en ciudades grises, cuánto vivir en la impotencia de la sinrazón.
Cascabes de almas buenas resuenan en mi ciudad, convocando a la paz entre los hombres de buena voluntad.

16 Marzo 2015



En ausencia del padre
Queridos todos  los  centros comerciales y publicidades de distintos medios:
Quiero dedicaros estas palabras para deciros el dolor tan profundo que provocáis en el recuerdo de los que tuvieron un padre bueno y desgraciadamente no lo tienen ya.
Dais por hecho que todos lo tienen, y hay niños que desde edades, siempre demasiado tempranas, viven y sobreviven en ausencia de esa presencia reconfortante.
¡Dejad de hurgar en la herida! Por más que intento mantener los medios en silencio, siempre hay uno que salta justo en el momento de la bendita publicidad. No juguéis con los sentimientos, porque si bien algunos los siguen teniendo, otros, ya no tienen con quien compartirlos y expresarlos.
La ausencia de un padre bueno es un fardo que llevamos a cuesta a lo largo de la vida, el recuerdo sustenta parte de los pilares de la vida, pero el dolor es inmenso en una víspera de un sonoro y festejado día del padre.
Hace muchos años ya, perdí a mi padre, en fechas muy próximas a este festejado día, entonces las lágrimas y el vacío no me dejaron escuchar al pregonero, y ahora muchos años después, aún las lágrimas empeñan los cristales en la víspera del  tan aclamado Día del Padre.

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